7/4/15

Placeres anales, siempre dejan huella

el villano arrinconado, chistes, humor, satira, sexo, anal



Ya advertimos, este “post” –además de ser amoral y políticamente incorrecto– es una auténtica cochinada. Hacemos nuestro eso de: “¡Niño caca!... eso no se lee”.

Advertido el lector, allá cada cual. Superadas estas líneas no se admiten críticas. Si continuas, el tema te gusta o el morbo te puede. En cualquier caso es ya responsabilidad tuya.



El culo, nuestro culo y el culo de los otros, mueve a la risa, origina chistes, da lugar a palabras soeces, a repulsión y en ocasiones general morbo, deseo y placer. De entrada las grandes religiones castigan la sodomía, así sin más, sin dar detalles ni explicaciones. Una pena, si nos dieran detalles y explicaciones, seguramente serian tan pornográficos que el número de lectores aumentaría. No digo el número de devotos, sino de lectores. Ávidos lectores.

Como las religiones no ven con buenos ojos los placeres anales (los demás placeres tampoco), pues la sociedad, la política e incluso el código penal de algunos países tampoco. Seguro que no lo hace de mala fe, sino más que nada “por dar por culo” a su manera.

No vamos a marear con temas psicológicos que ahondan en la tierna infancia, donde los placeres entran por la boca (alimentación materna o sucedáneo) y salen expedidos convenientemente por el sexo y el culo. El “caca” y “pis” tan arraigado en los niños, fuente de placer y risas para ellos… tormento para los padres. Pues eso, que los grandes psicólogos saquen sus conclusiones de tan primitivos placeres, risas y jolgorios infantiles.

La gloria del sexo anal es por partida doble e incluso triple o cuádruple: es morboso, es cochino, está prohibido y castigado. De entrada estos condicionantes nos condicionan a probar. No podemos negar que hay también un punto de sumisión en quien recibe y de dominancia en quién da. Es un acto con dos roles muy marcados, uno da, el otro lo recibe y cada uno lo disfruta a su manera. Porque al final, como todo buen sexo, no deja de ser un juego placentero donde se da por sentado el consentimiento de ambos sujetos.

Nada que ver con el sexo vaginal e incluso el sexo oral, cada vez mejor aceptado en una sociedad donde vamos todos con tanta prisa. También es más trabajoso, todo sea dicho, precisa una mayor pulcritud y entrenamiento. Es un placer a largo plazo que requiere tiempo y paciencia para dar todos sus frutos.

Si convenimos que el sexo es una cochinada, el anal se lleva la palma. Los puristas del sexo –que ya aceptan a regañadientes la boca como fuente de placer sexual– rechazan de plano este segundo orificio, curiosamente situado a pocos centímetros del sexo propiamente dicho. Te despistas un segundo con la emoción y zas, ¡tienes tu boca o tu sexo donde todavía no ha sido requerido!.

Para mayor gloria, algunas posturas de la copula anal permiten una cómoda manipulación del sexo contrario. Lo que vulgarmente se conoce como masturbación, con medios digitales (dedos o manos) o mecánicos (consoladores). Una fiesta en toda regla.

Más centrados en el tema fisiológico, las terminaciones nerviosas internas y externas del ano le convierten en un orificio agradecido y al tiempo excitante. Merecedor de ser explorado con la mayor delicadeza, cariño e higiene. De mutuo acuerdo, puede reportar a la pareja momentos analvidables… perdón, inolvidables.

Otra curiosidad del sexo anal, y con esto terminamos, es ser un orificio que comparten hombres y mujeres, ubicándose en idéntico lugar, con idénticas atribuciones y funciones. Mejor paladín en la igualdad de sexos, es imposible de encontrar.

Finalizamos afirmando que esto no es una loa del sexo anal, sino una constatación de hechos y prácticas entre humanos de diferente sexo e incluso idéntico sexo. En futuros “post” hablaremos del sexo oral, del onanismo, masoquismo, fetichismo, homosexualidad, orgías, juguetes sexuales, posturas, tamaño, etc. El sexo es fuente inagotable de temas, de placer y predispone a desarrollar una imaginación calenturienta orientada a objeto.

“Creced y multiplicaros”… faltó completar la frase: “y disfrutad con ello”. Una verdadera lastima.

16 comentarios:

  1. Pues q quieres q t diga... a mi no m va nada. Lo he provado y más d una vez, x eso q dicen q cuesta cogerle el gusto, pero conmigo no va en absoluto, m quedo con el orificio q m dió la naturaleza para tales menesteres. Entiendo q a los hombres les guste (q sean ellos los penetrados) pues fisiológicamente, tiene su lógica. Pero a las mujeres... algunas les gustará pero m cansa un tanto el tópico:" Eso es q no t lo saben hacer"... En el sexo, como todo en la vida, para gustos colores, pero sé q esto no va conmigo. A todas no nos gusta q nos den x culo, y x conversaciones con amigas, algunas lo toleran, pero las menos, y q lo disfruten... solo conozco a una mujer q disfrute con él, osea q haberlas, hailas, pero como digo m da q mi q una minoría

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    1. pues tienes razon barbus, aqui esta otra que no le convence nada, lo he probado y mas de una vez como dices tu, y no es que me cueste cogerle el gusto, es que no me gusta y punto, es molesto, doloroso y nada placentero, solo para ellos... una amiga me dijo: "mi novio siempre me pide y no me gusta pero si no lo hago se va a buscar otra que lo quiera hacer" y me dejo boquiabierta (todavia quedan mujeres tontas y sometidas)... pues yo les digo que hombre que no respete los gustos de la pareja y se pongan de acuerdo en que hacer y que no, y que gusta y que no gusta no es querer, ni amor, ni tolerancia... conmigo no va, no voy a ir caminando explotada por puro gusto ajeno, me lo reguardo para su funcion y listo

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  2. Cuestión de oferta y demanda. Al parecer hay muchos ofertantes decicidos a ejecutar el acto en un hombre o en una mujer y pocos demantes que disfruten con este servicio.

    El número de mujeres que disfrutan con el mismo es mínimo. En hombres, –si descartamos a los heteros– no todo el colectivo homosexual está dispuesto a aceptar el sexo anal (recibir).

    En este estado de cosas, no hay un equilibrio entre los que dan y los que reiciben. En resumen, no es una práctica muy habitual ya que el deseo de MUCHOS en darlo se corresponde con el deseo de muy POCOS/AS en recibirlo. Así son las cosas.

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  3. Que cada quien haga lo que quiera y disfrute. Dicho eso, unas consideraciones:
    a) Por mucho que se limpie (por fuera y por dentro) el ano y el recto tienen bacterias que no deben pasar ni a la vagina ni al pene. Por ese motivo nunca se debe pasar del ano a la vagina y es preferible usar condón siempre )aunque sean pareja estable).
    b) Usar enemas para limpiar el tracto intestinal ayuda a evitar accidentes embarazosos.
    c) Mucha lubricación. El ano no la produce por su cuenta.
    d) Mucha paciencia. No está acostumbrado a la penetración, solo a la expulsión y las instrucciones nerviosas son otras.
    e) Mucho descanso. No conviene a ninguna de las dos partes que el ano se acostumbre demasiado a la penetración. El esfincter se debilita lo que puede causar incontinencia y, en todo caso, merma del placer al que penetra.
    f) La Vagina (hábil) es un tubo muscular que aprieta el pene a todo lo largo. El ano es un anillo que, aunque puede ser más estrecho que muchas vaginas, solo afecta un parte del pene. Una vez que se supera ese anillo, el resto del pene esta "suelto"

    Conclusión: Probar y añadir al reparto general de actividades sexuales pero, por todo lo dicho antes - especialmente el ultimo punto - no es mi actividad favorita.

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    1. De acuerdo contigo en todo. Pero debo añadir que el usar el ano una mujer significa jugar con el efecto de someterla al hombre que la posee, lo que tiene un gran efecto psicológico de dominio.

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  4. ¿Te meterías en una cloaca de la Antigua Roma?

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    1. Puestos a ser exquisitos, hay que recordar que el aparato reproductor comparte ubicación y funciones con el aparato urinario. Además de ubicarse a pocos centímetros del ano. Las reclamaciones a la Madre Naturaleza o al Padre Creador, en función de las creencias de cada uno.

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  5. ¡Ay, si va a resultar que tenía razón Mel Gibson hace ya muchos años cuando decía que el culo era para cagar! ¡Y le llamaban reaccionario, facha, de todo menos guapo! ¡¡Que lo era y mucho!!

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  6. Pues yo soy mujer y me encanta.

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  7. Y digo yo: ¿hay que tener en cuenta la comida que se toma antes de practicarlo? El sexo anal, digo. No creo que sea cuestión de zamparse una fabada anteriormente... Y si por otra parte he de ser precavida y elegir entre 'anal' y 'faba', me hará perder la ilu hacia lo improvisto. Una pregunta tengo, querido villano: cuando cuentas que "
    La gloria del sexo anal es por partida doble e incluso triple o cuádruple: es morboso, es cochino, está prohibido y castigado", ¿me estás hablando de hacer cadena con eslabones múltiples? ¡oh, oh! El sexo anal, que yo sepa [dentro de mi inexperiencia, se entiende] no está prohibido ni castigado, y cochino... según la fabada y el morbo, en este caso, olvidarse del método detroit.

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    1. Ya se sabe... todo cuanto más prohibido, más castigado, más morboso e incluso más cochino mejor (para algunas cosas). Es como añadir condimentos y pimienta a la comida... en su justa media realza el sabor, pero si te pasas es una bomba. Tomar o no tomar fabes o legumbres "por siaca" toca ese tipo de sexo rompe la improvisación, mejor dejarlo todo al albur... así es más morboso, más cochino... más de susto o muerte.

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  8. Casi todos los que escriben reprobándolo, no lo han experimentado. Es cierto, la primera vez duele pero luego le agarras el gusto y es puro placer, tanto dando como recibiendo. Es cuestion de higiene y disciplina. Todo lo demás son fantasías.

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  9. Llevas razón amigo Fernando y que cada uno se lo aplique donde quiera,pero con higiene,yo lo he practicado y ,me sabe agloria la cuestión es disfrutarelo en que te vaya bien en un sitio tranquilo.

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  10. No quiero ser el típico troll, pero cuesta seguir leyendo después de una falta ortográfica tan grande: "Advertido el lector, haya cada cual" En realidad sería "Allá cada cual", porque es una expresión que hace referencia a un adverbio de lugar, no a un verbo..

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    1. Toda la razón del mundo... terrible, gracias. Enmendado.

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  11. Nuestra educación judeo-cristiana castiga el sexo por placer,pues mucho más el sexo anal, quizás por ello hay tantos curas homosexuales.

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